Érase que se era, una época en la que todo ortodoncista tenía su odontólogo referidor, tenía uno o varios. Esas épocas han terminado y han sido exparcidas en el olvido. Existen actualmente muchos odontólogos de práctica general los cuales prefieren que “ningún paciente se les vaya” y hacen de todo, toman cursos de fin de semana de ortodoncia y/o de cualquiera especialidad, con los cuales ellos se sienten con suficiente capacidad para atender cualquier problema que el paciente tenga y satisfacer sus necesidades. Teniendo lo anterior como backgroud…
El mejor regalo que puede recibir un ortodoncista es un odontólogo de práctica general que le refiera pacientes, y de hecho, viceversa también. Actualmente es más fácil que la paridad peso-dolar sea más equitativa a que un ortodoncista consiga un odontólogo de práctica general que le recomiende pacientes. Pero la esperanza nunca muere, y la fe en esperar lo mejor de nuestro gremio tampoco debe de morir. Como regalo para todos mis lectores ortodoncistas, de todo corazón deseo que tengan más dentistas referidores para pacientes de ortodoncia, y de la misma manera, para esos dentistas espero que uds también les puedan referir pacientes para todo aquello que necesita de un odontólogo de práctica general profesional.
La relación aquí no es ganar-ganar, es ganar-ganar-ganar, el ortodoncista, el odontólogo de práctica general y (sobre todo) el paciente.